por Mario Cortes López

¿Y si tú despertaras hoy con la noticia de que la persona que más quieres ya no está?

¿Y si te dijeran que las prisas de unos, o la borrachera de otros al volante, fueron suficientes para llevársela para siempre?

Si te enteraras de todas las heridas en su cuerpo causadas por el impacto de un auto a toda velocidad, para después comprender que a pesar de que luchó por su vida, esas heridas fueron demasiado… ¿Harías algo diferente?

¿Dejarías de tomar y manejar?

¿Dejarías de manejar con prisa o jugar al arrancón?

¿Respetarías las señales de tránsito? ¿Esperarías a llegar a tu destino para contestar tus “urgentes” mensajes de Whatsapp?

A mí me pasó.  A mis 31 años me tocó vivir lo que muchos piensan te pasa de viejito: perdí a mi pareja, a mi compañero, a mi gran amor.

Supe lo que es vivir lo que nadie piensa que le va a pasar: la angustia de no saber dónde estaba, el encontrarlo en terapia intensiva de un hospital, y días después, el recibir esa  llamada.

Así, sin más. Él ya no estaba, y no había nada que pudiéramos hacer para cambiarlo.

Con esto conocí la cruda realidad que se vive en las calles. Comprendí  cuán normalizado está el ignorar la responsabilidad  de tener un volante en las manos. Me percaté incluso, de mi propia indiferencia.

Ahora lo veo.  Sé que en mis decisiones van vidas. Nada puede cambiar lo que pasó, pero mi realidad, no tiene que ser la de otros.

En México cada año mueren 16,000 personas en siniestros viales. A nivel mundial la lamentable cifra es de 1.35 millones. Esto son 3,700 vidas truncadas, 3,700 familias destruidas cada día.

Justicia para todos ellos, es que tú no  tengas que perder a un ser querido también para tomar conciencia y cambiar tu manera de pensar, tus acciones al volante y la manera en la que vives.La ley de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) es muy clara, nosotros queremos hacer énfasis en su “Exposición de motivos”, específicamente en el punto cinco: “Constituir una comunidad académica”. Allí se puede leer lo siguiente, “el interés legítimo de los estudiantes por obtener certificados, títulos, grados y diplomas se distinga claramente del interés por el conocimiento, del interés por formarse una cultura propia, y se subordine a éste. Luego, en el punto seis, “Garantizar la libertad académica y la pluralidad de pensamiento” podemos ver: “Los estudiantes también deberán tener la libertad de expresar sus ideas y de estudiar lo que consideren que es de valor para ellos Con base en lo anterior podemos delimitar la siguiente problemática.

La bicicleta va más allá de ser un vehículo más en la jungla de asfalto que es la Ciudad de México, y los ciclistas son un referente de que, la viabilidad de transitar por la orbe no sólo es posible, sino necesario, y, hasta cierto punto una contradicción puesto que, hasta hace unas décadas atrás, dichos actores eran vistos como un estorbo, un problema, un ente sin recursos para costear un automóvil. En consecuencia, vale la pena recordar que a finales de la administración ejecutiva mexicana de 1940 a 1946 y sobre todo la siguiente de 1946 a 1952 se inicia en la capital mexicana (y aún continúa) el endiosar al automóvil y construir carriles, avenidas, puentes, carreteras, ejes viales, calles y con ello una infraestructura dedicada únicamente a ellos.

Por lo anterior, no es de sorprender que, hablar de ciclismo, ciclistas, bicicletas o programas a fines, en el discurso político contemporáneo en una de las ciudades más grande del mundo, es una novedad, como dato, es hasta la administración de Marcelo Ebrard Casaubón que hay una disposición por activar un plan de cicloestaciones, bicicletas y ciclistas en un programa claramente de corte privado, en ciertas zonas (muy céntricas), y con una infraestructura pensada en el mismo, que llamaron “Eco Bici”

Por tanto, los problemas en concreto que vemos respecto a la relación: ciudad y ciclista se convierten en problemas, sociales, políticos, cotidianos e impunemente alejados de una justicia en el peor de los siniestros viales, es decir, morir. La tarea debe ser no únicamente proponer soluciones a las cuestiones meramente urbanas, a la cultura vial, al manejo responsable de vehículos por la Ciudad de México, sino a través de propuestas académicas poder efectuar un reflejo del flagelo social que vivimos hoy día y realizar peticiones puntuales a las alcaldías, secretarías que les compete y a la jefa de gobierno y además que, respondan por casos que aún siguen sin dar solución los entes correspondientes.

Quisiéramos señalar que, el estudiante de Historia y Sociedad Contemporánea (HySC) de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) no únicamente se dedica a estudiar, escribir y engrosar los tópicos de las Ciencias Sociales más elementales, tampoco los más rigurosos o sesudos, menos aún aquellos que le son de fácil acceso por los años de estudio (revoluciones o procesos socio-económicos, por ejemplo) sino también aquellos que parecen estar en los lindes de las ciencias mencionadas, temas que tal vez no agradan en la academia, dilemas que no ocupan la atención de las mayorías, por lo contrario; por desgracia de muchos y fortuna para los menos, aquí nos hacemos presentes.

Sin más, los invitamos a tomar su bicicleta, abordarla y acompañarnos por esta rodada que a pesar de que no será sencilla, será un goce recorrer tantos kilómetros acompañados, por favor, no olviden colocarse su casco. Ya que iniciamos el viaje, hemos optado por destacar que, el antecedente académico, del que partimos, no sólo como eje conductor sino también como una práctica de continuidad es el primer Foro Antropología de la Bicicleta que organizó la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) en 2017. Dicho foro, dividido en distintas mesas, pudimos por un lado, aprender de la bicicleta y los derechos humanos, como medio de escucha y del cicloturismo; por otro, la bicicleta como medio de escucha, el México bicicletero de finales del siglo XIX y las cuestiones históricas, el foro mundial de la bicicleta, e incluso la difusión de dicho medio en la radio, en la frecuencia modulada (FM).

Paralelamente a lo anterior, nosotros agregamos un tópico que brilló por su ausencia en el evento arriba mencionado, que en años recientes tiene un calado profundo en la sociedad mexicana que no se limita a las principales ciudades del país. Estamos hablando de los siniestros viales, las muertes de ciclistas, es decir: las bicicletas blancas (BB). ¿Qué son las BB? La respuesta tiene muchas aristas, que iremos desarrollando a lo largo del texto, no obstante, atendiendo la interrogante, diremos que, para nosotros, las BB son en parte, un medio de visibilizar diversos factores que desembocan en tragedia, de parte de automovilistas hacia los demás (no sólo ciclistas) tales como la imprudencia, el nulo respeto a los reglamentos de tránsito, la falta de compatibilidad con la comunidad vial y el mal manejo de sus unidades. 

Continuará… 

 
 
 

1 Ley de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. (P.10)

2 Ley de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. (P.12)

3 En efecto, nos referimos a las administraciones de Manuel Ávila Camacho y Miguel Alemán Valdés respectivamente.

4 Romero Sánchez Gabriela. (17 de febrero de 2010). Ebrard pone en marcha el Sistema de Transporte Público Individual Ecobici. La Jornada, (p.37).

5 Véase el siguiente video. https://www.youtube.com/watch?v=49rZq3vDV9I.

6  En efecto, las 16 alcaldías que conforman la Ciudad.

7 Por su puesto, hablamos de la Secretaría de Movilidad (SEMOVI) 8  Claudia Sheinbaum Pardo. (2018-2024)

8 Se llevó a cabo los días 15 y 16 de marzo.


Mario Cortes López

Jornada 24 hrs por un 2022 sin muertes viales