Seguramente en algunos puntos de tu ciudad has podido observar al menos una bicicleta pintada de color blanco colgada en algún poste, sin duda en muchas ocasiones has pasado de largo por tus actividades diarias, sin saber realmente el significado detrás de esa bicicleta, sin pensar que en cada bicicleta blanca que veas en tu ir y venir, hay dolor, pero también un reclamo social, y el mensaje de lo frágil que puede ser la vida.
Desde 2020 comenzamos esta causa, que hoy nos atrevemos a llamar activismo, nunca ha sido fácil para nosotros hacer esto, muchas veces no queremos hacerlo, pero entendemos que sin estas acciones, el mensaje no tendrá eco en quienes nos rodean, en quienes siguen pasando de largo cuando ven esas bicicletas blancas.
Y muchas veces comienza con una llamada, “código negro, masculino, aproximadamente 50 años de edad, bicicleta de montaña, elementos de la policía vial en el lugar, se busca a sus familiares” lo que sigue después de esa llamada, es un equipo que se mueve al lugar de los hechos, que vigila sin estorbar en las investigaciones que el cuerpo no sea ultrajado, que sus pertenencias no sean robadas, que haya quien responda si de pronto su celular comienza a sonar, un equipo que da señas particulares de la bicicleta: tipo, marca, rodada, color… que intenta dar con la familia de la víctima directa sin revictimización, sin fotos, sin hacerlo más doloroso para quien recibirá la noticia. “femenino, 30 años aproximadamente, sudadera azul, con logotipo escolar, quizás es docente, casco negro, pecas y ojos pequeños, tez clara, tatuaje en el tobillo izquierdo…” Nunca es fácil, siempre está quien pregunta qué hacemos ahí, siempre hay quien dice que solo estorbamos, que el muerto solo necesita ser levantado. No saben lo que hay después de levantar un cuerpo, no entienden ni se imaginan estar del otro lado de la llamada, cuando te digan que la persona a quien buscas no puede responderte, cuando te preguntan qué relación tienes con la persona que estás buscando, si sabes cómo se llama y cuántos años tiene… tenía. Ellos no entienden eso, ellos solo marcan, y te dan una serie de pasos que debes hacer, ellos han perdido el sentido humano para decir que a quien tu buscas murió en un hecho de tránsito. Pero nosotros ya vivimos eso, y por eso en cada código negro tratamos de estar ahí, para ver que la víctima no sea tratada como un objeto inerte, para que tenga un trato digno aunque no tenga signos vitales, porque esa persona todavía tiene a una familia que lo está esperando.
Cuando veas una bicicleta pintada de color blanco y que cuelga en un sitio, es en memoria un ciclista atropellado, muchas veces mortalmente, por un vehículo de motor; es un homenaje a quién en vida dedicó sus ratos de ocio, trataba de tener una vida saludable, elegía como medio de transporte a la bicicleta por encima de otros medios y que murió en la vía, es un recordatorio que en ese lugar, un siniestro vial se pudo evitar, es un reclamo social para que exista el respeto, la precaución y las medidas necesarias para evitar que estos hechos sigan ocurriendo, hechos que afectan a cientos de familias diario, familias que esperaban a esa ciclista para tomar el desayuno, para contarse el día.
Al estado de shock en el que te encuentras cuando recibes la noticia, solo puede entrar quién ya ha estado ahí, y por eso nos acercamos a las víctimas indirectas, porque ese estado de sorpresa, de incertidumbre, de negación, ese hueco en el estómago y ese dolor en pecho lo hemos sentido; y una vez con ellos, inmersos en ese lugar que no tiene suelo y todo es borroso, les damos la mano, no para sacarlos de ese impacto, sino para acompañarlos y hacerlos sentir menos solos. Hola, sé lo que estás sintiendo, hace dos años y medio estuve en tu lugar, respira, quieres gritar, hazlo no están solos.
En algunos estados de la república mexicana e incluso en otros países a las bicicletas blancas se les dice también, bicis fantasma, porque son bicis que en su mayoría son viejitas, que ya nadie usa; pero para nosotros no son bicis fantasmas, para nosotros son bicis que tienen un nuevo propósito, al ser pintadas de blanco tienen la misión de recordarle al mundo la vida que en su lugar se perdió, están ahí para que todos recordemos a Ricardo, José, Jaime, Raúl, Hugo, Pedro… Gabriela.
El respeto y la empatía es algo que nunca debemos perder por las personas, mucho menos si es en una circunstancia de tanto dolor; sabemos que nada de lo que se haga a partir de ese día le devolverá la vida, lo entendemos muy bien, y sabemos también que la vida nunca te prepara para estos hechos, no hay información suficientemente difundida para que sepamos qué hacer cuando un hecho vial le quita la vida a tu ser querido. A dónde vamos, a quién llamamos, a dónde lo llevan, quién fue, quién vió, qué pasó, qué sigue, quién responderá por esa muerte; todas esas preguntas procuramos responder, en casi tres años hemos trazado una hoja de ruta: levantar la denuncia, reclamar el cuerpo, obtener pruebas, integrar una carpeta, cuidar esa carpeta, buscar el paradero del responsable, buscar agravantes que pudiera tener el responsable, alcohol, exceso de velocidad, distracción al volante… traducir los procesos que comienzan, escuchar a las víctimas, simplemente escucharlas, porque para ellos es importante que sepas que su papá era el más activo de la familia, que su hermano regresaba de trabajar, que su esposo era un padre amoroso, que su hijo le estuvo marcando toda la mañana, que su hermana amaba la bicicleta, que a todos los esperaban en casa.
Todos los días hay personas que utilizan sus bicicletas para transportarse a sus trabajos, universidades o bien para cuidar el medio ambiente y mejorar su salud, y todos los días estas personas batallan para poderse trasladar, pues hasta la fecha hay poca cultura e infraestructura vial segura para los ciclistas. No es necesario que nos veas colocando una bicicleta blanca, o que las comiences a ver en tu día a día para que entiendas que en una bici también va una vida.
No nace con nosotros el movimiento de las bicicletas blancas, en el año 2003 es cuando se pone la primera bicicleta blanca como recordatorio de la muerte de un ciclista, en St. Louis Missouri, Estados Unidos y el autor de ello lleva por nombre Patrick Van Der Tuin y a partir de ese momento, cada vez que un joven, que un hombre o una mujer que se trasladaba en bicicleta fallece a causa de la imprudencia se coloca una bicicleta blanca.
El respeto, siempre partir de ahí, porque suficiente es el dolor de perder a alguien que amas para también ver una bicicleta colgada que te recuerde todos los días eso. Por eso antes de actuar preguntamos, si están de acuerdo, si les parece bien, les explicamos el contexto del mensaje, les damos detalle de lo que se hará en el día que se coloque, y si para las víctimas indirectas no es molesto, si ellos nos autorizan, comenzamos con la logística de todo.
Comúnmente hay una persona que dona una bicicleta, a veces la propia, porque ya no puede usarla más, porque ya no está para esos trotes; otras veces nos donan la de un familiar que ya trascendió, y lo hacen porque empatizan con las familias, porque todos tenemos un amigo, primo, conocido, alguien que apreciamos y queremos que usa la bicicleta, y cuando nos donan la bicicleta, lo hacen pensando en esa persona, y tratan de imaginar el dolor que está pasando la familia; si la bicicleta no ha sido donada, rompemos la alcancía y buscamos una que pueda cumplir con el propósito: ser eco de un reclamo, por los que ya no están.
Es junio de 2023 y este domingo 18 colocaremos otra bicicleta blanca, hace dos meses colocamos una en el mismo lugar, con un kilómetro de distancia. Nunca lo vemos como una carga, no decimos otra bicicleta como si en esas palabras estuviera más trabajo del que hacemos día a día como activistas, otra bicicleta blanca nos decimos mientras lo anotamos en nuestra agenda y pedimos que sea la última, que con esa bicicleta comencemos a ser bicibles, comencemos a respetar la forma en que la vida elige moverse, no importa si es en bicicleta.
Colectivo Gabi Bici Blanca - CICREO
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951 507 02 39
Oaxaca - México